Al llegar a la vejez se producen diversas situaciones como el deterioro de la condición física y problemas de salud significativos, a los que los ancianos deben enfrentarse a diario, dando lugar a diversas tensiones y situaciones de estrés. Sin embargo, los sistemas del cuerpo que responden y ayudan a manejar el estrés ya no son tan efectivos como antes. Por eso es importante que el anciano conozca las diferentes maneras que hay para relajarse y desestresarse. Hoy hablaremos de la importancia de las técnicas de relajación para personas mayores y su aplicación en residencias geriátricas.
Los ancianos deben ser alentados en todo momento a buscar su propio bienestar, tanto físico como mental. Éste puede llegar a través de una comida sana y equilibrada o en la participación en diversas actividades que le proporcionen cierto placer. Es nuestra obligación el evitar que el anciano se aisle y se centre exclusivamente en sus problemas.
Cuando hablamos de técnicas de relajación nos referimos a todas aquellas herramientas con las que podemos contar para poder disminuir el ritmo cardíaco de la persona y por tanto, su nivel de estrés. El anciano que consiga dominar estas técnicas logrará tener un envejecimiento más saludable.
Una buena forma de eliminar el estrés es mediante la relajación muscular. A través de diferentes ejercicios, se consigue que la persona mayor ponga todos sus sentidos en tensar los músculos de los brazos, hombros, piernas y dedos, uno por uno y luego soltar y aflojar para arriba. Gracias a esta técnica, la persona logra librarse de la ansiedad y además, llegar a pensar que todavía es capaz de controlar su propio cuerpo.
Usar la imaginación es otra buena forma de acabar con el estrés. Mediante la técnica de la visualización, el anciano se imagina a sí mismo realizando aquella actividad que más le gusta, en un lugar maravilloso. Visualizar mentalmente las olas del mar, un niño sonriente o una situación placentera, permiten que la mente esté libre de dolor y ansiedad, pero a la vez consigue reforzar el pensamiento positivo del anciano, mejorando su confianza y por tanto, su capacidad para afrontar situaciones estresantes para él.
Existen otras técnicas que igualmente sirven para que la persona mayor consiga relajarse y olvidarse por un momento de sus problemas diarios. El Yoga o el Tai Chi son disciplinas muy conocidas hoy día por su capacidad para conseguir ejercitar el cuerpo a la vez que se pone especial cuidado en la respiración y la relajación. También los temores y situaciones que provocan ansiedad puede ser aliviadas al escuchar música reconfortante.
En nuestra residencia geriátrica en Siero, el terapeuta ocupacional es el encargado de trabajar con los ancianos, realizando diversas actividades para su integración social en el grupo y a la vez, potenciar sus habilidades y mejorar su independencia. Una de estas actividades es la realización de ejercicios de relajación.
Normalmente se escoge un lugar tranquilo, dentro de la propia residencia geriátrica, sin distracciones, amplio, cálido y con una luz muy tenue. Se llena la estancia con una música ambiental suave o con sonidos naturales como pájaros, agua fluyendo por un río o una cascada. Todo ello para conseguir una ambiente relajado que ayude a encontrar la calma.
Dependiendo de la movilidad del anciano, los ejercicios se pueden realizar tumbados en el suelo sobre colchonetas, o sentados en una postura cómoda y reposada, con las piernas flexionadas separadas y las manos apoyadas sobre los muslos o brazos de la silla.
Con una voz muy suave, casi como un susurro, vamos guiando a las personas mayores en los diferentes pasos que se deben seguir hasta conseguir una relajación completa: cerrar los ojos, respirar profundamente, relajar los músculos,…Poco a poco vamos introduciendo al anciano en una situación placentera, haciéndole recordar o imaginar situaciones agradables parar posteriormente, poco a poco salir de este estado, volviendo a la realidad inicial.
Como habéis visto, éstas son algunas de las técnicas de relajación para personas mayores que se realizan en las residencias geriátricas, pero hay muchas más. El uso de unas u otras dependerá en cierta medida de la situación personal de cada anciano. Lo que no hay lugar a duda es de la importancia que tienen para lograr un envejecimiento más sano y saludable.