Durante el envejecimiento se producen una serie de cambios fisiológicos, a menudo acompañados de una cierta incapacidad para poder solventarlos. Según se van haciendo mayores, las personas tienden a ir perdiendo poco a poco aquello que más estiman en el ámbito de la salud: su autonomía personal. Hoy hablaremos de las dificultades en el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria y de cómo las residencias geriátricas ayudan a la rehabilitación de las personas mayores.
Cuando hablamos de actividades básicas de la vida diaria (ABVD) nos referimos a un término genérico, usado en rehabilitación, referido a aquellas actividades o tareas que las personas realizan de forma rutinaria en su vida cotidiana. Este tipo de actividades se pueden dividir en dos grupos: por un lado aquellas relacionadas con los cuidados personales del anciano y por otro, actividades domésticas y de la comunidad.
El primer grupo incluye comer, bañarse, vestirse, arreglarse, traslados de la cama al sillón, caminar, subir y bajar escaleras y el manejo de la continencia fecal y urinaria. Según diversos estudios, el porcentaje de ancianos mayores de 80 años que presenta incapacidad para la realización de alguna de estas actividades, ronda el 20%. Las actividades que presentan una mayor dificultad son caminar, bañarse, subir y bajar escaleras y vestirse.
Si atendemos al sexo, en este grupo el número de mujeres es significativamente superior al de los hombres. Esto se debe a que estas edades las mujeres tienden a presentar enfermedades crónicas incapacitantes, mientras que en los hombres es más común padecer enfermedades agudas más letales.
En el segundo grupo aparecen otra serie de actividades, como preparar la comida, lavar la ropa, usar el teléfono, utilizar medios de transporte, medicarse, comprar o cuidar la casa. En éste, el porcentaje de ancianos con incapacidad funcional para la realización de estas actividades, es bastante más elevado que en el grupo anterior. Podríamos estar hablando de un 70% de la población mayor de 80 años.
Al contrario que en el anterior grupo, ahora son los hombres los más afectados. Ésto es debido, más que nada, a factores culturales y sociales, ya que es más común que sea la mujer la que se encargue de las tareas domésticas.
En las residencias geriátricas, a través de la rehabilitación, se pretende lograr un aumento de la movilidad del anciano, ya que está comprobado que muchas de estas dificultades están muy relacionadas con la incapacidad para moverse. Además, también se fomenta su participación en las actividades diarias de la residencia y en diversos programas de terapia ocupacional y de tipo socio-recreativo que facilitan su integración con el resto de residentes.
En Residencial Santa Cecilia sabemos que para poder aplicar una buena terapia de rehabilitación, primero se debe evaluar el nivel de dificultad que presenta el anciano para poder desenvolverse en su vida diaria. La evaluación funcional va a permitir conocer ese nivel y además, establecer las pautas para su rehabilitación y posteriormente, conocer los resultados de la misma.
Una persona mayor con dificultad en el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria, tiende a aislarse de todo lo que le rodea. Por eso en las residencias geriátricas trabajamos con todos los medios disponibles, para su correcta rehabilitación.