De repente un día te das cuenta que la vida ha pasado y que aquel que siempre te ha cuidado, ya no puede hacerlo, y ahora eres tú el que debes «devolverle» el cuidado y el cariño que durante tantos años te ha dedicado cuando eras un niño. Pero ahora, tu vida es diferente, tienes una familia, un marido o esposa, unos hijos que educar, un trabajo…. “¡Dios mío!” y te preguntas “¿cómo organizo ahora mi vida?”.
Una decisión difícil pero necesaria
¿Qué sucede entonces cuando nuestro padre o madre bien por enfermedad, por edad o cualquier otro motivo no pueden valerse por sí mismos?¿Estamos mental y físicamente preparados para asumir una situación así? ¿Tenemos el tiempo necesario en nuestra vorágine de vida para destinar el espacio necesario a aquellos que nos han dado la vida y ahora tanto nos necesitan?
Qué preguntas tan difíciles ¿verdad?
Vamos a intentar a través de estas líneas darle un sentido a todo esto, partiendo de la base de que cada caso es diferente y asumiendo la buena voluntad y disponibilidad de todo aquel que lea estas líneas.