Los hábitos alimentarios de las personas de la tercera edad normalmente suelen ser inadecuados porque se adquirieron en épocas de la vida en que las demandas de energía eran muy superiores a las que tienen en la actualidad. Además, el metabolismo se torna más lento con los años, lo que también contribuye a que la carga energética normal en otras edades sea excesiva en edades avanzadas. Por tanto, convendrá que coman con moderación, lo que también les ayudará a evitar la obesidad o a reducirla si la tienen, y a disminuir el riesgo de contraer ciertas enfermedades asociadas a ella.
En nuestro centro geriátrico de Pola de Siero, a partir de las necesidades de los residentes y sus especiales características fisiológicas, se elaboran dietas especiales que responden a cada situación (dietas para diabéticos, hipertensos, celiacos, obesos, etc.).
La planificación del menú geriátrico será semanal, con una rotación de cuatro semanas, y tendrá en cuenta a la hora de la elección de los menús, las variaciones climatológicas, estacionales y, principalmente, los gustos de los residentes.
También somos conscientes que es frecuente que las personas de edad avanzada pierdan sensibilidad a los cambios térmicos y, en consecuencia, disminuya su sensación de sed. Así, se produce la tendencia a beber menos de lo debido y el consiguiente déficit de líquidos. Para evitarlo, recomendamos siempre que tomen frutas, así como zumos de frutas y de hortalizas.
Con una dieta alimentaria y una clase de actividad adecuada a las posibilidades peculiares que supone la edad avanzada, es posible mejorar la calidad de vida de manera notable y, en consecuencia, con resultados gratificantes.